Estas tardes de otoño me recuerdan que hace una año nos conocimos y aunque llegaste con toda tu luz, yo fui una de esas nubes, que no permitió que pudiera ver tu resplandor y me negué a verlo en varias ocasiones, tal vez te lastimé, no lo sé, pero a un año de haber empezado a recibir tus mails y tus llamadas, me doy cuenta del gran sol que eres, de qué manera me iluminaste y a pesar de yo querer ocultarte, con tu luz y tu calor me hiciste brillar.
Quisiera que regresara ese día en que nos conocimos, volver a sentir los nervios de verte por primera vez, verte llegar con esa sonrisa y apartar eso que no me permitió verte como eres, empezar de cero y que me siguieras alumbrando, pero creo que ese atardecer ya pasó y no creo que lo vuelva a ver, yo lo dejé pasar, pero tu seguirás siendo un sol que siempre estará dando su luz y nada podrá ocultarte.
Estas fotos son para tí, y aunque vi varios cielos contigo, ojalá hubieras estado conmigo cuando vi los de estas imágenes, así brillas tú.